No sabes como duele tu traición, y de pensar que todo ese amor
que algún día te di, todo esa pasión que te entregue en mis días
de locura hacia ti, no sabes como duele aquella traición tuya.
Fue aquel día de verano cuando te encontré, sentada en el mismo
lugar nuestro, en aquel parque que lo bautizamos como nuestro
parque del amor.
Allí tu sentada y recostada en sus brazos, me recordé la misma
escena que tuvimos nosotros dos aquellos días cuanto todo
era hermoso, cuando todo era, como se dice, color de rosa;
no sabes que tamaño es la daga que tengo clavada en mi
pecho que traspasa todo mi corazón intentando quitarme
todo ese amor que aun siento por ti mi dulce princesa.
No sabes como duele aquella traición tuya, pero cuando
el amor es grande creo poder perdonar, recordando las peleas que
terminaban en noches de sexo y amor, es por ello.
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